Ayer, y hoy: Diferencias simples que explican porque CFK 2011

Cuando me casé en 1990, mi marido tenía una veterinaria propia. Por gajes de la economía, para mediados de los 90, ya estábamos en la lona, y completaba la entrada de dinero con algún trabajo extra ocasional, incluido atender un kiosko algunos fines de semana. Para 1997/98, nos fundimos definitivamente, y tuvo que entrar a laburar en relación de dependencia (en lo suyo, veterinario, por suerte).
 Nos manteníamos a flote, a veces teniendo que pedir prestado para pagar una boleta grande de algún servicio, o pedir prestado si teníamos que hacer algún tipo de procedimiento medico importante.
Y se vino la Alianza, y se vino el 2001. Reducción salarial, todo en picada, club del trueque, vivir al día, comprar de a 100 gramos el queso fresco, el más barato, ese tan ácido, para darle gusto a la polenta, y de a tres huevos, porque no alcanzaba para la media docena.
Y apareció Nestor. Y de a poco, las cosas empezaron a cambiar. Y se vino Cristina, y lo que se avizoraba, se concretó.
Se acuerdan lo que comentaba más arriba? Del queso ácido para la polenta y los tres huevos, porque eso era para lo que alcanzaba? Los tomates de quinta, las mercadería con marcas exóticas que no las junaba ni el loro, pero era lo que se podía comprar, entre el sueldo y los patacones?
Bueno, hoy no sirvo polenta aromatizada con queso de quinta en mi mesa. Acabo de cocinar y servir trucha patagónica a las finas hierbas al horno, con papas noissette en salsa de queso y cebolla de verdeo. Si hace diez años alguien me hubiese dicho que iba a tener semejante comida en mi mesa, me hubiese dado un ataque de risa, y encima, lo hubiese puteado.  Puede parecer frívolo, pero que hoy uno se de estos gustos, con ese ayer que mencionaba antes no tan lejano en el horizonte, muestra como cambiaron las cosas, no? Entonces que nadie me la quiera venir a contar cambiada, viejo. CFK 2011, para que todos, pero todos tengan la oportunidad de vivir bien, y no solo cuatro privilegiados con doble apellido.